La novela del corazón (Laurel Libros) acaba de ser reconocida con el Premio Municipal de Literatura de Santiago, por lo que tuvimos una conversación urgente con Roberto Castillo Sandoval.
Por Fernanda Jelves
La novela del corazón (2022) de Roberto Castillo (Santiago, 1957), texto complejo pero interesante, como podría describirse tal cual una operación al corazón, se dispuso entre la lista de finalistas para el Premio Municipal de Literatura de Santiago a fines de octubre, logrando ser, finalmente, ganadora del galardón.
El jurado, compuesto por el escritor Mike Wilson y la académica Natalia Cisterna, en sus palabras post-resultados, menciona:
«Original y vertiginosa en su narrativa y reflexiva en su esencia, la novela se desdobla a través de la yuxtaposición de relatos que entablan un diálogo entre la realidad histórica y la ficción. Castillo crea, así, una amalgama, en la cual cada fragmento, ya sea un personaje emblemático o un hito médico, contribuye a una narrativa colectiva que indaga en las tensiones entre la vida, la muerte, el poder de la ciencia, la vulnerabilidad y las posibilidades de revancha de los subalternos, al ritmo de la sístole y diástole»
El texto de Castillo ha sido bastante aclamado por la crítica, muchos comentan que el autor figura como uno de los más interesantes de la actualidad chilena. La novela del corazón se nos presenta como un texto que no necesariamente mantiene una estructura de novela convencional –y tampoco poco convencional. Es novedoso en sí. Relatos independientes que pretenden bifurcar en algún momento sobre un tópico que todos mantienen en común: el corazón. ¿Lo novedoso? La disposición del lenguaje. Roberto, a pesar de la distancia, pues reside en EE.UU., logra mantener el territorio chileno latente en sus palabras e historias.
A raíz de esta nominación, se le hizo un par de preguntas con respecto a los aspectos internos de estas instancias de reconocimiento, cómo es que funcionan y la labor que el escritor y/o editorial tienen en estas. Además, le pedimos su visión sobre la literatura de la región.
–El haber obtenido una nominación en el Premio Municipal de Literatura 2023 debe conllevar una serie de procesos internos (tanto de editorial) o externos (la Municipalidad). Cuéntame, por favor, ¿cómo es el proceso desde que sabes que estás nominado? ¿Cómo es la relación/comunicación con la editorial en estos tipos de momentos?
–En mi caso, Laurel se encargó de la postulación al premio, lo único que yo hice como autor fue mandar una copia de mi cédula para probar mi existencia, por lo que para mí fue una grata sorpresa encontrarme entre los finalistas. La notificación la recibí directamente desde el Departamento de Cultura de la Municipalidad y ahí mismo se la comuniqué a Andrea Palet, directora general y editora de Laurel. Por supuesto que fue una alegría que a lo mejor crece cuando se anuncien los ganadores de la terna de novela.

–¿Qué repercusiones tiene este reconocimiento?, ¿hay algún tipo de beneficio?
–Tengo la suerte de ser docente en una universidad donde se me reconoce tanto el trabajo académico tradicional como el trabajo creativo y literario. He escrito ensayos, crónicas, relatos breves y novelas; entonces, claro, ser reconocido en un certamen prestigioso como el Premio Municipal de Santiago avala y valida el apoyo que he tenido de mi institución.
–¿Hay muchos procesos burocráticos con respecto a los reconocimientos de los cuales te desprenderías como autor? Por ejemplo, papeleo, protocolos, etc.
–Preferiría no tener que dedicarle ningún tiempo al papeleo, pero algunas instancias de reconocimiento (los fondos de cultura, por ejemplo) todavía requieren mucha burocracia. Ojalá que eso se pueda evaluar para no tener que dedicarle tanto tiempo y energía a una postulación. Entiendo que a veces ese proceso es inevitable, eso sí.

–Enfocándonos en lo territorial, ¿este tipo de reconocimientos se ha podido lograr en la región de Valparaíso?
–Soy un escritor chileno de la diáspora, me encuentro en esa región remota de los expatriados desde hace mucho tiempo. Todavía creo que esa región de las antípodas chilenas existe, que no es una abstracción ingeniosa, y que tiene en común con las otras regiones esa relación tan tensa de amor/odio con el centralismo, con Santiago como metrópolis. Como vivo tan lejos de Chile, no estoy tan al tanto de qué reconocimientos se le estén dando al arte y la escritura en la región de Valparaíso.
Si la Municipalidad de Valparaíso fuera a establecer certámenes literarios propios, deberían abrirlos a escritores de todas las regiones, tal como hace Santiago con el Municipal. De esa manera harían contrapeso al centralismo y no se limitarían solo a compensar una carencia.
–¿Qué imagen tienes de la literatura de Valparaíso, a la distancia?
–La sensación que tengo es que en Valpo hay una gran vitalidad creativa, con un grado perceptible de identidad regional. Hace unos años estuve en la Feria del Libro de Valparaíso para presentar la novela Serrano del porteño doble (por ser de Valpo y residir en Buenos Aires) Gonzalo León. El año 2022 presenté La novela del corazón en la librería del FCE Manuel Rojas y aproveché de colaborar en un proyecto sobre deporte y literatura dirigido por Christian Morales, también radicado en el puerto. El 2015 fui finalista del Premio Municipal en la categoría Ensayo y ahí conocí el trabajo de Cristóbal Gaete, quien ganó el premio de novela ese año con Motel Ciudad Negra. Desde entonces he seguido sus proyectos creativos y las iniciativas colectivas (talleres, publicaciones, lecturas, etc.) en las que ha estado involucrado. Creo que hay una energía admirable entre los escritores y escritoras de la región. No tengo cómo saber si se aprecia la literatura de la V región en la misma V región, pero me alegra ver esta vitalidad y constatar que hay una comunidad entusiasta, que además tiene lazos con la escritura de otras regiones de Chile.
–Y, por último, ¿cómo ves la posición de la literatura de la V región con respecto a literaturas de otras regiones (excluyendo Santiago)?
–Puede que exista una literatura hecha en la V región o desde la V región, pero no sé si aparte de eso tendría características propias y diferenciables. Seguramente esto es producto de la lejanía y de mi ignorancia. Hay un desmedro implícito de las voces de regiones que surge de la realidad estructural del centralismo. Ahora, hay mucha literatura en la que la V región, especialmente el puerto de Valparaíso, figura de manera central.
Mi libro La novela del corazón es, de muchas maneras, un reconocimiento al tremendo poder simbólico, derivado de su compleja historia, de la singularidad y la belleza de Valparaíso.
–¿Cuándo recuerdas haber leído literatura de Valparaíso?
Mi propia fascinación con Valparaíso se entronca literariamente con la de Darío, D’Halmar, Edwards Bello, con el Gómez Morel que escribe desde la cárcel porteña y gana el primer premio de un concurso de la Sociedad de Escritores porteña, el González Vera cobrador de tranvía en la línea Valpo-Viña, el Salvador Reyes que escribe sobre un delirante club de fumadores de pipa en el Bar Kiel, el Rojas Jiménez que se pasea por los bares del puerto, etc., podríamos seguir. O sea, Valparaíso siempre ha estado presente en la literatura de Chile.
(*) Ilustración de Vladimir Morgado.
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