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Reportajes

Imprimir: Un ejercicio de nostalgia y rebeldía

En la era de los avances tecnológicos el minuto a minuto se siente, hay objetos que continúan en la trinchera de seguir presentes en su materialidad. Aquí, nos encontramos con los siguientes trabajos que se están realizando en la región de la mano de la editorial Aguaderramada y la publicación colectiva Mesa de trabajo, ambas impresiones deciden ser resistencia en el acto revolucionario del papel en la quinta costa.

Por Lourdes Díaz Rosales

Nos situamos en Viña del Mar, en el Instituto Arcos nace la editorial Aguaderramada en el año 2021 y cuya línea se sintoniza con la oferta académica de la institución en sus tres áreas de desarrollo: la visualidad, el sonido y las artes dramáticas. Las voces del proyecto expresan a el deseo de generar un diálogo e intercambio editorial que pueda sumarse al coro plural de la mirada que emerge desde los territorios y la academia, sumado a ello la posibilidad de instalar un objeto que multiplique los sentidos ante el avance de la instrumentalización.

En conversación con Ignacio Aguirre, editor de Aguaderramada, nos habla sobre la oportunidad de trabajar con las múltiples disciplinas contemporáneas dentro del espacio académico y que forman parte de las temáticas y reflexiones que el instituto sostiene desde los años ochenta y noventa. En ese entonces Ojo de Buey fue el proyecto que se hizo cargo de analizar nuevos medios, televisión, fotografía, imagen y la fusión con la tecnología, una revista de culto en época de dictadura y postdictadura.

La revista Aguaderramada es publicada al alero del Instituto Arcos.

Ignacio ¿Cómo comienza el trabajo de la revista Aguaderramada?

–Aguaderramada recoge el espíritu de esa revista [Ojo de Buey] en un contexto distinto, décadas después, con otros imaginarios, otras configuraciones culturales y sociales. En ese sentido, la revista en particular que estamos sacando en su segundo número, trata de conectar y problematizar los dispositivos visuales, sonoros y dramáticos de tiempo. En el último número (diciembre 2022) trabajamos con las juventudes y tomamos como hilo conductor el lenguaje de los memes, esa síntesis visual y crítica. Reflexionamos sobre el tema de las juventudes, la sociología, el arte, el estallido social y los testimonios de estudiantes y artistas escritores como Josefina González, Bárbara Olave, Keith Mayne. Ahora, estamos preparando un tercer número que va a problematizar el tema de la autonomía en un contexto donde cada vez pareciera que somos prescindibles los seres humanos, pensando sobre todo en la inteligencia artificial que ha generado todo este debate sobre la posible obsolescencia del ser humano. ¿Cómo pensar la autonomía? ¿Cómo generar una distancia de la tecnología para seguir habitando un mundo que nos haga sentido? Que nos sintamos configuradores de nuestra vida y de las posibilidades que esta tiene de construirse en común y no caer en esa dependencia de las máquinas que ofrece la nueva tecnología.

La llegada de la pandemia fue un evento catastrófico para el mundo y en lo específico para las editoriales hasta el punto de cuestionar la continuidad del trabajo de la impresión ¿Cómo llegar a les lectores? ¿Dónde hacerlo? ¿Cómo acceder a presupuestos? En esos momentos los espacios permanecían cerrados y la urgencia de los servicios y artículos de primera necesidad eran otros, ¿acaso un objeto de lectura no podía ser percibido como primera necesidad? Para muchas personas lo es, sin ir más lejos, un libro ha podido salvar vidas, pero fue esta categorización de «primera necesidad» el primer paso para el cierre de editoriales y medios. En otros casos, este proceso fue el vehículo hacia el mundo digital.

¿Cómo logran llevar a cabo la impresión?

–Este es un proyecto financiado por el instituto, como dato curioso, somos el único instituto profesional que cuenta con una editorial y creo que en parte se debe a que Arcos ha sido un espacio que ha cuidado el desarrollo del pensamiento crítico, de no hacer por hacer, sino que también pensar sobre el hacer, pensar los sentidos que puede tener el hacer propio de las disciplinas que se imparten en el instituto, muy ligado a su historia. El hecho de que tengamos una editorial es porque Arcos apuesta por mantener ese espacio de pensamiento crítico nacido de la práctica. Y que de la práctica surja una reflexión más teórica. Nosotros nos comprometemos con vender lo que producimos y recuperar la inversión en la medida de lo que podemos.

Además de la revista, desde Arcos se han impreso diversas publicaciones.

Con entusiasmo han logrado sacar diez publicaciones y en mis manos tengo la edición de diciembre del 2022. Qué placer se siente aplicar todos los sentidos al momento de tener este material frente a mí: con los ojos puedo mirar y me provoca diversas sensaciones la lectura, las risas de los memes seleccionados y el análisis profundo en la conversación con Héctor Noguera sobre el Romeo que nunca fue, el ejercicio de palpar y tocar la impresión y olfatear el aroma de pasar hoja por hoja.

Aguaderramada es un material sustancial para múltiples lectores que pueden acceder a la revista con temáticas críticas y «bastardas», un término que Ignacio utiliza para referirse a lo que no responde con lo académicamente puro, sino que mezcla y transita por el mundo de la academia en conjunto con otras referencias culturales como la televisión, la cultura popular, la calle y lo mestizo. Eso es algo que también caracteriza la identidad visual de la editorial, la desobediencia y el mestizaje que representa lo que es el instituto.

Ignacio Aguirre y Paula Espina frente a este último número de la revista Aguaderramada.

Se suma a la conversación Paula Espina López (Un Pixel), quien se encarga del diseño y la diagramación de la revista:

¿Qué observaciones tienes sobre el trabajo de revistas, fanzines y otros materiales que se están realizando en la Quinta región?

–En la actualidad es interesante el panorama de revistas, fanzines o zines más bien, pero también lo que pasa con el libro independiente como objeto de crítica, reflexión y de propuesta como expresión creativa. Creo que es muy rico lo que sucede hoy en día, sobre todo por toda esta tendencia desde la gestión independiente, la autopublicación o la gestión de contenidos que se articulan entre interdisciplinas.

»También pienso desde la parte más expresiva y visual en donde todo lo que sucede y se está articulando en lo que se denomina «el interior», nombrando a Limache, Villa Alemana, Quilpué. Ahí están apareciendo diversos espacios creativos, sobre todo desde la publicación independiente. Hay publicaciones realizadas a escala humana o a baja escala que están generando y creando diversos contenidos. A escala humana me refiero a lo más local y territorial porque ya no se piensa una publicación desde el punto de vista masivo, sino que llegue de manera directa a los públicos lectores que se esperan de una manera realista, concreta, consciente y más dirigida.

»Bueno, Valparaíso y Viña del Mar son ciudades más grandes, espacios que albergan estas creaciones, sin ir más lejos, lo que pasó hace unos años con la Loba Galería, un espacio potente de ilustración y fanzines gestado por Majo Puga o bien, en la parte alta de Viña del Mar con distintos espacios creativos y comunitarios. Creo que lo que sucede en el panorama es rico. Ahora, si lo vemos en la formulación de proyectos creo que estamos un punto más atrás o en deuda porque siempre se podría hacer más para articular y conectar mejor, pero, definitivamente es interesante lo que sucede desde los estudiantes y los espacios creativos desde el aula, y también desde los territorios.

En su paso por la Furia del Libro este 2023 pudieron dar a conocer sus nuevas publicaciones: Videojuegos en disputa: las experiencias videolúdicas y los juegos que vendrán de Luca Carruba y Apuntes sobre identidad de clase y canción chilena de Rodrigo Olavarría.

Mesa de trabajo

Continuamos el trayecto de la impresión por la región; me detengo con la siguiente cita «La lectura es un acto creativo intermedial» de Verónica Gerber Bicecci, expresado en la publicación colectiva Mesa de Trabajo. Esto en el marco del Taller de Proyectos de Arte de 2023 por estudiantes del Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso a cargo de la profesora Constanza Jarpa Luco, la ayudante Catalina Cayupán y junto a la misma artista invitada, Verónica Gerber desde México. La publicación fue lanzada el 28 de junio en Viña del Mar.

El trabajo de imagen y texto de Constanza es una invitación a revisar herramientas, reflexiones y observaciones a considerar en la práctica artística y principalmente en medios análogos como digitales. Es en esta publicación donde la utilización del papel como soporte de obra nos invita a responder la siguiente pregunta: ¿Qué estrategias propones?

La publicación fue un trabajo de impresión de otra época.

En conversación con Constanza, nos comenta el inicio de este proyecto y sobre la necesidad de crear el espacio de Laboratorio de Artes del Libro y la Impresión.

Constanza, ¿desde dónde comienza la publicación Mesa de trabajo?

Comienza a partir de un proyecto que armé para un curso en el Instituto de Artes de la Católica. En este curso optativo, «Proyectos de Artes», lo que hice fue armar un proyecto de publicación colectiva que estuviera relacionado a un material que entregó Verónica Gerber, artista. Ella realizó una charla online para estudiantes y abierta al público en pandemia (2020), moderada por Macarena García y donde yo también participé para conversar sobre su trabajo. La charla tenía un píe forzado que era sobre su relación con la imagen y el texto.

Constanza comenta que este espacio de diálogo fue fundamental para que posteriormente el año 2021, Verónica les compartiera una bajada sobre la charla y el contenido que expusieron. Este fue «Seis estrategias para enfrentar la práctica artística», una reflexión sobre el pensamiento y cómo este media entre mundos realizando algunas preguntas como: ¿Desde qué contexto? ¿Con qué cuerpo? ¿Con qué privilegios y opresiones? Continuando con la práctica del Teléfono descompuesto la cual es útil para cuestionar voces unívocas, hablar, escuchar a otros y recordar que la lectura es una multiplicación, un acto creativo que transforma y elabora otros textos.

A partir del material completo, Constanza inicia el proyecto para armar la publicación colectiva del curso que dicta como docente. A esto se suma su trabajo en la línea gráfica editorial de la universidad y el comienzo del Laboratorio de Artes del Libro y la Impresión, que comprende variadas técnicas gráficas, y que el proyecto Mesa de trabajo inaugura un nuevo proceso abierto al público.

¿Cómo logras llevar a cabo la publicación?

–Es un trabajo colectivo de veinte personas. Es un trabajo difícil pero lo que hice fue separarnos en grupos; trabajamos en cuatro grupos de edición, diseño, producción y difusión. Había cinco personas por grupo, donde van intercambiándose y voy guiando el diseño, los materiales, viendo asuntos económicos y la eficacia de cada uno de los materiales que se utiliza porque, si bien, es una publicación manual, lo importante desde un comienzo era persistir con que fuera una publicación eficaz en el sentido material y económico porque no es una publicación o un libro de artista único ni nada de eso, la idea es que sea una edición numerada.

Constanza Jarpa Luco, además, le ha dado una identidad gráfica a la editorial Mundana.

Parte de este proyecto fue financiado por Incentiva en el Aula, fondos semestrales para docentes que incentivan la innovación desde la Dirección de Investigación e Innovación de la universidad.

Las técnicas de Mesa de trabajo son variadas: linografía, xilografía, tipográfica, serigrafía y con impresión laser. Toda la realización lleva una técnica particular, contiene timbres de fotopolímero, timbre clásico, letra adhesiva y diversas tecnologías que están disponibles en el laboratorio y el taller del instituto. Para la publicación que está trabajándose para el año 2024 con el Laboratorio de Artes del Libro y la Impresión, Constanza señala que la idea principal es poder suceder diversas tecnologías en este espacio.   

Esta impresión fue activada por las ideas de la artista y escritora mexicana Verónica Gerber Bicecci.

Este trabajo fue realizado por les estudiantes: Yara Barrera, María Paz Basualdo, Axel Calderón, Camila Castillo, Catalina Estay, Catalina Fernández, Isadora González, Aracely Hermosilla, Carla Leppe, Felipe López, Florencia Maturana, Paula Poblete, Bianca Stuardo, Lorena Tobar, Kam Toro, Nicolás Vergara, Victoria Zapata.

Ambos proyectos nos invitan a reflexionar y a relevar los espacios para la impresión y preguntarnos: ¿qué podemos hacer para mantener viva la experiencia de investigación y producción gráfica? Es de suma relevancia persistir y hacer de la tecnología una aliada para las publicaciones, armar redes y colaborar con los proyectos editoriales de la región.

(*) Fotografías de Kika Francisca González.

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