En verano [Muestra del novísimo relato de la región de Valparaíso] (Schwob Ediciones + La Antorcha Magacín) nos hizo mirar en vacaciones a los y las prosistas que hacen su camino en la región, a sólo un link de distancia.
En verano es el título de la muestra de narrativa joven –digital e impresa– gestada por La Antorcha Magacín en diálogo con Schwob Ediciones, seleccionada y prologada por Carlos Henrickson, a quien cabe reconocer enormemente este trabajo de recopilación. En total, son ocho escritores los que dan lugar a un variado volumen que abandona lo anecdótico y se dedica a la construcción de piezas donde la memoria, el testimonio y la (no) ficción tienen cabida. En su versión digital, a través de la página de la revista, se puede acceder a la reproducción completa de los cuentos en formato podcast gracias al trabajo vocal de la actriz Daniela Lillo.
Estamos saliendo –¿o entrando?– de una época de lectura sosegada con fuerte repercusión en el ámbito de la cultura, en donde, en mayor o menor medida, se desarticularon encuentros que permitían vincularnos creativa –y ordinariamente– de manera directa. Frente a un sistema que nos mantiene aislados e individualizados, cabe preguntarse qué futuro tiene la producción literaria local y hacia dónde dirigirla. En sintonía con esta problemática, y buscando visibilizar parte del rico ecosistema de narrativa porteña, surge En verano [Muestra del novísimo relato de la región de Valparaíso].
El pequeño libro llega escapando a los designios de la institucionalidad para moverse de forma autónoma, revirtiendo eso que siempre observamos como lejano: vivir la literatura en comunidad, apoyada en las voluntades locales. Poseedor de una variedad que resiste al canon y la clasificación, su principal valor recae en las argucias narrativas de sus autores, quienes despliegan un mapeo y entienden el territorio como huella de sus sensibilidades, y la literatura, como un lugar donde proteger la memoria colectiva.
La lectura arranca de la mano de Diego Armijo y su ánimo irrefrenable de innovar. El escritor se sirve de su innegable talento en el vertiginoso desarrollo de la trama, poniendo en juego destreza e ingenio, que desafían al lector en la maratónica misión de mantener el adecuado ritmo e interpretación en su cuento «Deporte».
Con temperamento balanceado, en tono grato y refrenado, sin dejar que toquemos nunca terrenos pantanosos, llega Nina Avellaneda a ofrecernos «Un paseo circular» por su campo de referencias. La autora no sólo consigue el movimiento de lo estático, sino que materializa plástica y adecuadamente un sueño, acercándonos a su particular mirada desde la acumulación de capas.
Rafael Cuevas, con maestría en la profundidad reflexiva sobre la base de imágenes sencillas, en «Casas de luz para criaturas pequeñas», logra con simpatía la sutil combinación de un espíritu delicado –con resonancias infantiles– con uno adulto. Esto a partir de observaciones nítidas y precisas, que coquetean con lo poético a propósito de su tratamiento de lenguaje y luz .
Silvana González, de pensamiento firme y pasión ordenada, amante despaciosa de la técnica tradicional, ¿quién más que ella podría permitirse «El mudo» como principal figura de un lenguaje elocuente? La destacada escritora respira y hacer respirar a sus personajes en una delicada atmósfera con la precisión que da el equilibrio del temperamento y buen gusto.
«Bangutot», de la mano de Sergio Guerra, realiza su viaje más allá de las tramas de siempre, en un trabajo hermético capaz de elaborar sus referencias internamente. El texto y sus relaciones de contigüidad definen una propuesta de sentido abierta en un espacio cerrado. Se atreve y conecta con la mutación que está teniendo el arte, el planeta y la vida, apuntando sin temor a aquello a lo que nos estamos habituando: la distopía y/o el fin del mundo.
Daniela Malhue, en «Bandera Roja», ofrece un desengaño. Plasma nítidamente el cálido-y-frío de la época estival: recupera identidades, hace ecos y genera memoria. Su propuesta nos recuerda que la infancia es muy rica literariamente y que, cuando la hemos perdido de forma violenta, nos da una conciencia más aguda de la muerte.
En la esquina opuesta, Fernanda Meza, quien con «Nunca tuve un cuarto propio» viene a ensuciar y encrudecer el escenario: oscila entre la regla y el descuido, con una sintaxis curiosa que la diferencia de sus colegas. La voz de su conciencia reacciona frente a la vida que nos hiere diariamente. Abraza el desafío de retratar el lado sicoseao tan característico de Valpo, y tan complejo de atrapar.
Finalmente, y muy actualizado, llega un generoso y genuino Mauricio Tapia, que critica al mundo desde el optimismo y las referencias pop. Su cuento, titulado «Dos hermanas», se presenta ágil y envolvente, con notas humorísticas que lo alejan de las anteriores lecturas, permitiendo a la antología un cierre igual de fresco que repleto de extrañeza.
En verano ofrece una panorámica de las tendencias presentes en tiempos de invisibilización, recogiendo las angustias de un período de extravío: contiene la simpleza e inclemencia de la realidad, los días perros en la ciudad y la playa, las violencias invisibles en la familia, el amor y la pérdida.
El coro que conforma la recopilación es lúcido, de gran valor documental, contenedor de una laboriosa decantación de inteligencias jóvenes que apoyan su comercio local sin necesidad ni ánimos de opacarse entre sí.
Esperamos que esta publicación continúe haciendo crecer nuestro pequeño contrabando literario, así como que promueva la lectura crítica entre colegas, con el ánimo de ser catalizadora del surgimiento de nuevas formas de expresión, que van de la mano con lo inmediato, lo veloz y diverso de los nuevos tiempos.
En verano [Muestra del novísimo relato de la región de Valparaíso]; Schwob Ediciones + La Antorcha Magacín/ Selección e introducción: Carlos Henrickson/ Diseño gráfico: Camilo Pardow/ Edición y producción: Eduardo Cobos/ Verano de 2022- Valparaíso, Chile. Acceso en: https://laantorchamagacin.com/
(*) Los retratos fueron tomados por Kika Francisca González.
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